Hakim se levantó temprano, más de lo usualmente habituado, aún el sol no
mostraba su rostro alegre y cálido, un agradable frio acariciaba su confortable
habitación, al tratar de mirar por la ventana no podía distinguir las ramas de
los verdes y hermosos árboles que siempre están allí diciéndole: el mundo es
maravilloso, ¡vívelo!
Aún la penumbra ejercía su dominio, y todo estaba en silencio, tanto
que se podía escuchar el fuerte chocar de las alas de un insecto. Hakim al
encender la luz de su nueva lámpara que había comprado apenas hace unos meses
para poder disfrutar de su hobby favorito, (la lectura), quedó asombrado de lo
increíble que es la naturaleza, al acercarse al insecto y ver lo pequeño de su
tamaño, después de un rato se dio cuenta que sus pensamientos le generaban una
emoción extraña como de inquietud y ansiedad por el hecho de saber que tenía
que dictar la charla a los ejecutivos de la compañía que le habían solicitado sus
servicios para mejorar el trabajo en equipo.
Sabía de la problemática que atravesaba dicha empresa y lo difícil que
se les había hecho cumplir con sus proyectos debido a sus diferencias y poca
colaboración, pensaba la mejor manera de motivarlos, y de pronto como por arte
de magia, cual musa, apareció un recuerdo sobre una situación vivida con sus
hermanos y que su papá solucionó contándoles la parábola de la asamblea.
Les relató sobre una reunión o asamblea que tuvo lugar en una pequeña
carpintería de una pequeña aldea.
Les dijo que el motivo de dicha reunión fue para arreglar sus diferencias.
Contó que el martillo ejerció la presidencia pero la asamblea le pidió
la renuncia por que, según ellos, hacia demasiado ruido y golpeaba muy duro ( Hakim se acordó mucho de su hermano Adib , tú querido lector busca a alguien en
tu entorno que se parezca al martillo).
El martillo acepto sus fallas, pero exigió que también fuera destituido
el tornillo ya que había que darle demasiadas vueltas para que sirviera de algo
(le recordó a su otro hermano Bahir cuando su mamá lo mandaba a comprar
algo en el abasto de la esquina).
El tornillo acepto, pero solicitó que fuera expulsado la lija, ya que
ella era muy áspera en su trato y siempre tenía fricciones con los demás.
Hakim sonrió y murmuro en voz baja. ¡ah! como has mejorado mi querida
hermana.
La lija no muy convencida
estuvo de acuerdo, pero puso como condición que fuera expulsado el metro, ya
que se la pasaba midiendo a los demás según su medida, como si fuera don
perfecto.
Cuando de pronto, entro el
carpintero, un hombre con rostro de sabio, muy seguro de sí mismo, se colocó un
delantal hecho de un saco de esos que almacenan harina e inició su labor,
utilizó el martillo, la lija, el metro y el tornillo con tanta maestría y
destreza que al poco tiempo hizo de unos pedazos de madera sin forma y toscos,
una hermosa silla con sus detalles finamente acabados para el disfrute y
utilidad de todos.
Al marcharse el maestro y estar nuevamente la
carpintería sola, la asamblea reinició su deliberación. Entonces tomó la
palabra el serrucho y dijo.
-Señores, ha quedado demostrado sin ninguna duda
que todos tenemos defectos, pero el carpintero trabaja con nuestras cualidades,
virtudes y habilidades, eso es lo que nos hace valiosos. Así que no pensemos
ya en nuestros defectos y esforcémonos por ver lo bueno que cada uno tiene.
(Amigo lector has una pausa, y piensa en lo bueno que tiene que cada ser que
comparta contigo) .
La asamblea encontró así que el martillo era
fuerte, el tornillo unía y daba fuerza, la lija era especial para afinar y
limar las asperezas, y descubrieron que el metro era preciso y exacto.
Se sintieron entonces un verdadero equipo, capaz de
producir y hacer cosas de calidad, se enorgullecieron de sus fortalezas,
habilidades y virtudes y desde ese entonces trabajaron juntos como un gran
equipo.
Sonrió se dirigió a su computador, escribió el relato y lo demás
es historia de éxito.
Amigo lector, detente y escribe en un papel todas
tus fortalezas, tus habilidades y virtudes y concéntrate en ellas,
visualízalas y aprópiate de ellas, haz esto por 21 días seguidos y pronto
notaras cambios positivos en tu vida.
A aprovecha este gran tesoro que nos da el
comprender, aceptar y valorar las diferencias individuales, nos dará la luz
para convivir y trabajar por un bien común “La Humanidad”.
Espero que te haya gustado y deja tus comentarios.
¡Un abrazo de bienestar!
Jairo Jaimes.
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