El origen del pesebre se remonta al siglo XIII, cuando San Francisco de Asís decidió celebrar la Navidad de una manera especial. Queriendo acercar a las personas a la humildad y el amor de Jesús, creó el primer pesebre viviente en la localidad de Greccio, en Italia³.
Según la tradición, el santo utilizó animales reales y personas del pueblo para representar el nacimiento de Cristo en un establo, y luego celebró una misa nocturna.
La orden franciscana fue una de las impulsoras de esta costumbre, que se extendió por Europa y el mundo con el paso de los siglos. Hoy en día, el pesebre es una de las expresiones más populares y variadas de la Navidad, que simboliza el amor de Dios por la humanidad.
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